Mi bisabuela: Antonia Granada Cajal, pariente de Ramón y Cajal, D. Santiago.
No tengo demasiados recuerdos.
Entre los pocos que puedo evocar, está el de una viejecita menuda y enlutada, con gafas redondas y expresión bondadosa.
Le gustaba hacerse chocolate por la tarde, y a veces se cubría la cabeza con un pañolón negro, para protegerse del frío.
Regresó a Valencia, donde murió, a los noventa y tantos años.
Su pasión era la de confeccionar flores de papel y tela, con las que adornaba sus altares preferidos.
En algún sitio, en el fondo de alguna caja, puede que todavía conserve alguna muestra de su habilidad, pero, ¡cualquiera sabe dónde estará...!
Tal vez un día aparezca, cuando menos lo espere, coo suele suceder con las cosas que se buscan y no se encuentran...
Estaba casada con un carabinero que lucía bigotes a lo káiser, y que se llamaba Domingo Quílez Isidro.
Hay muchas cosas que contar...
sábado, 9 de enero de 2010
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