En las noches de invierno, mientras yo leía, mis abuelos conversaban...
Evocaban años jóvenes, y muchas veces, revivían el tiempo pasado en su dulce Levante...
Pero la guerra estaba todavía presente...
En 1964 se celebraron, o se conmemoraron, los 25 años de paz.
El día 1 de abril hubo un megadesfile en Madrid, retransmitido por radio y televisión.
Habían pasado veinticinco años, pero los recuerdos afloraban a pesar de todo...
A veces, con medias palabras, mis abuelos referían hechos ocurridos en Jaca.
Y siempre, siempre, un punto negro, una onda oscura, envolvía aquellas conversaciones.
Cuando se hablaba de la guerra, era hablar de un terrible espectro, de una sangrienta visión, que, aún parecía gravitar sobre el país...
La guerra es una desgracia, pero una guerra civil lo es más todavía...
En ocasiones, cuando yo levantaba la cabeza del libro, se hacía el silencio...
Mi abuela, se calaba las gafas nuevamente y seguía con una de sus interminables labores de ganchillo...
Mi abuelo, entrecerraba los ojos, y hacía como que escuchaba la radio...
Yo tenía trece años...
Y muchas noches me acostaba con una extraña e incierta sensación de inseguridad...
¿Y si volvía la guerra un día...?
¿Qué sería de nosotros, dos ancianos y un niño...?
¿Qué sería de nosotros...?
domingo, 24 de enero de 2010
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