martes, 30 de agosto de 2016

Jaca. Misa de campaña en el patio de la Ciuadela...




Misa de Campaña 
en el patio de la Ciudadela.
Jaca.


No es seguro
adjudicar la autoría
de esta imagen fotográfica,
a D. Francisco de las Heras...
  
Puede, y esto sólo es una suposición, 
que utilizara la imagen
para alguna de sus ediciones de postales...













(Archivo: jacaenlamemoria).

Jaca: La calle Mayor... (años 50-60)





Jaca. La calle Mayor.


A la derecha, el rótulo de
la carnicería de Dámaso Gracia.

Unos pasos más hacia adelante,
puede verse el reloj 
de la Óptica-Relojería "Val",
antes de su reforma en el año 60.

La regentaba mi tío y padrino,
Gregorio Val Quílez,
casado con Ana Jarne,
que fue mi madrina.

A la izquierda, 
la librería "Abad",
donde siempre encontraba
algo interesante que leer.

También me surtía 
de lápices y pinceles,
blogs de dibujo,
papel para acuarela...,
y otros varios materiales...

A continuación,
foto "Peñarroya",
antes foto "Lasheras"...

Y mas allá,
el Ayuntamiento...

Sus reformas,
comenzaron en 1968,
si no recuerdo mal,
siendo ya Alcalde de Jaca,
D. Armando Abadía...

¡La calle Mayor...!

!Cuántas idas y venidas
en las tardes de domingo...!











(Archivo: jacaenlamemoria).


miércoles, 24 de agosto de 2016

...borrachos y borracheras...


"El triunfo de Barco",
conocido popularmente
como "Los borrachos".
Diego Rodríguez de Silva y Velazquez.


En Jaca, como en todo lugar,
había una tropa de borrachos...

Los habituales...,
y los ocasionales...

Los primeros, 
no tenían día ni hora...
Aunque, podía vérseles en los atardeceres,
tambaleantes,
y, como bien dijo
D. Francisco de Quevedo,
eran "hombres toneles,
andando a lo columpio..."

Inofensivos,
deambulaban por las callejuelas,
sobre todo,
por la archifamosa "senda de los elefantes"...

Habíalos callados,
habíamos cantadores,
y también estaba
la variedad de los vocingleros...

Los callados,
arrastraban su "calentura",
como formas espectrales...

Imponían un cierto respeto...

Porque...,
¿qué pena profunda
los empujaba
 a su cuasicotiniano recorrido...?

Los cantadores,
comenzaban en silencio,
y su afición "carusiana",
Iba "in crescendo",
hasta la madrugada...

De vez en cuando,
se abría un balcón,
y se escuchaba una voz,
soñolienta,
y no enojada,
que decía:
"¡Hala, Fulano,
vete a dormirla!
!O cambia de sitio,
que mañana madrugo!"

Y, el interpelado,
se iba con su música a otra parte...

Los vocingleros,
aireaban sus intimas querellas,
casi siempre de orden
familiar o laboral...,

Y con el tinte oscuro
de una queja común:
El maltrato de la vida...

Estos últimos,
en alguna ocasión,
enólicamente,
como es de comprender,
y ponían a caldo al gobierno...

Los "municipales" de entonces,
hacían oídos sordos,
y los dejaban en paz...

También en mi familia
hubo algún borrachín de primera...

Lo recuerdo tumbado,
una mañana veraniega,
sobre la hierba,
húmeda por el repente,
junto a la fuente de San Juan...,
en la bajada de las Benedictinas...

Cierto día,
se fue al entonces
Asilo de Ancianos...

Pero,
como la cabra tira al monte,
y más en estos casos...,
regresó al Asilo a deshora,
y con una pítima de categoría..

La hermana que lo recibió
tras la puerta de hierro colado,
le preguntó si volvía
"caliente" o "fresco"...

Y, al decir que "caliente",
( no mienten los borrachos...),
lo dejó fuera toda la noche,
"hasta que se le pasara la talanquera"...

Un vecino nuestro,
de una de las casas próximas,
falleció,
seguramente en estado de "gracia"...

Mi madre, se asomó a la ventana,
y se retiró diciendo:
"Ya lo llevan al Camposanto..."

Luego, la oí cantar,
por lo bajini,
eso de:
"¡...pobrecitos los borrachos
que están en el Camposanto...!
¡...que Dios los tenga en Su Gloria
por haber bebido tanto...!"

Quizás a modo de póstuma oración...

No me olvido de los dimingueros...

En cierta ocasión,
un mozo del lugar,
enganchó una buena tajada...

No conocía ni a su madre,
que iba tras él, llorando,
y lamentándose:

"¡...qué le habrán dado a mi hijo,
qué le habrán dado...!"

Otro día,
contaré más cosas...











(Archivo: jacaenlamemoria).







lunes, 1 de agosto de 2016

¡Pirineos...!


¡Pirineos...!

Algunas veces, al escuchar o evocar,
la que, para mí,
casi es una palabra mágica,
me viene esta imagen a la memoria...

El Collarada, 
tras los tejados.
que reverberan con el sol de agosto...

Y siento la distancia,
medida en kilómetros
y en tiempo...

Esos viejos muros,
que aún siguen en pie...

En contraste con las líneas rectas,
y perfectamente definidas,
de los edificios de la ciudad nueva...,
que avanza día tras día...

¡Pirineos...!

¡Palabra mágica...!

Capaz de abrir la sólida
e inamovible roca,
creada por el paso de los años...











(Archivo: cuevadelcoco.
Imagen: mirarlook/cuevadelcoco).