sábado, 7 de septiembre de 2013

Jaca bajo la lluvia...



Al contemplar esta imagen,
he recordado un relato breve de Ray Bradbury,
titulado: "Vendrán las lluvias suaves".

Es la letra de una canción,
que Bradbury incorpora a su historia...

"Vendrán las lluvias suaves y el olor a tierra,
y el leve ruido del vuelo de las golondrinas.

El canto nocturno de los sapos en los charcos.
La trémula blancura del ciruelo silvestre.

Los ruiseñores con sus plumas de fuego,
silbando sus caprichos en la alambrada..."

Las calles, 
convertidas en fugaces espejos,
el ir y venir precipitado,
en contraste con la calma 
del estío más profundo...

Sí, un año más,
han vuelto las lluvias suaves...






(Imagen: Cámaras del Ayuntamiento de Jaca).

Las lluvias de septiembre...



Septiembre, 1963...

Fue un verano caluroso...

Recorríamos las orillas del Gas,
en busca de ranas,
que, afortunadamente para ellas,
siempre se anticipaban
a nuestras intenciones,
y se lanzaban al agua,
allí donde sabían 
que estaban a salvo...

El río tenía un especial atractivo,
era la imagen de la libertad...

Allí, podíamos correr, saltar,
gritar y reír ,
sin que nadie moderara
nuestras expansiones infantiles...

Una infancia que, poco a poco,
se iba alejando...,
o, acaso, éramos nosotros
los que la dejábamos atrás...

Y una mañana, 
de principios de septiembre,
llegó la lluvia...

Hacía frío...

Era una lluvia fina, suave,
insistente...

Tras los cristales,
contemplábamos el cielo,
gris, uniforme...,
esperando ese deseado regreso del sol,
para volver a nuestras correrías...

Mientras, la lluvia,
teñía de un brillo triste los tejados...






(Imagen: Cámaras del Ayuntamiento de Jaca).