Otra fotografía, también desde la terraza, donde puede verse el patio de los corrales de "la Campanilla". El peral, la verdad es que daba unas peras como peñas, y, salvo cocidas, en compota, no había quien les hincara el diente...
Al fondo, la cola de la Peña Oroel.
Puede verse, en primer plano y adosada al muro, parte de la estructura que sustentaba la parra.
Mi abuelo, con tablas y listones, consiguió montar un tendedor, que, en verano, aguantaba el peso de las ramas nuevas y los abundantes racimos que la parra nos ofrecía...
Las uvas, eran de piel algo basta, pero tenían muy buen sabor...
Decía mi abuela:
"...Pa´la Virgen de agosto
pintan las uvas...
Y pa´la de septiembre
ya están maduras..."
¡Qué a gusto picoteaba mi abuela los gruesos granos...!
Y tenía la costumbre de guiñar un ojo si le salía uno algo ácido...
A la izquierda, y detrás del poste, se aprecia la tapia de las Benedicitinas.
Al otro lado, estaba el patio de recreo de las niñas.
miércoles, 23 de diciembre de 2009
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