Hace unos días, hablando con el P.Damián Bello, comentábamos
cosas del antiguo colegio, entre ellas, los carteles que había en el
claustro bajo, unos carteles alargados, cada cual con una
sentencia o consejo escrito en él.
¿Qué fue de aquellos carteles, plagados
de buenos consejos...?
¡Quién sabe...!
Recuerdo unos cuantos, y, aunque quisiera recordarlos todos,
ya no me es posible...
En los entresijos y laberintos de mi memoria, quedan estos:
"La juventud corrompida,
es fruta verde y podrida".
"La calumnia y la mentira,
de Dios provocan la ira".
"Quien en las fiestas trabaja,
verá en sus bienes rebaja".
"Los delitos aborrece,
y al culpable compadece".
"Buen porte y finos modales,
abren puertas principales".
¡Cuántas veces leyera yo
aquellos pareados, pintados sobre un fondo
imitando mármol,
con una letra sobria y elegante,
y enmarcados en madera oscura,
también con sobriedad
y tan sólo algún remate,
para evitar caer
en una rigidez excesiva!
¡Qué grandes lecciones pendían de aquellas venerables paredes!
¡Ojalá quede alguien que los recuerde todos,
y los haya puesto en práctica a lo largo de su vida!
Porque..., habrá sido feliz...
(Imagen: La calle Mayor, nevada, desde
el monasterio de las MM. Benedictinas.
Se puede apreciar el Colegio
de los PP. Escolapios.
Principios de febrero de 1978.
Archivo de Guillermo Pérez Pérez
y Enrique Pérez Tudela).
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