Anuncio de un producto de "Pinturas Mazuque".
No hace tantos años, que esta empresa familiar
todavía seguía atendiendo
a las necesidades decorativas de Jaca.
Recuerdo a su primer propietario,
Gregorio Mazuque.
Una persona tranquila y apacible,
que acudía a los domicilios jaqueses
para aconsejar sobre el mejor color de un salón,
de un pasillo, o de la casa entera.
Su establecimiento se hallaba en las afueras.
En lo que, en aquellos tiempos,
considerábamos "afueras".
Jaca ha crecido tanto...!
Cuándo se remozaban las paredes...?
Y las puertas y ventanas...?
Lo normal, era hacerlo en el buen tiempo,
cuándo los vientos helados ya se habían retirado,
y era posible ventilarlo todo,
para acelerar el secado de la pintura.
Cierto día, antes de las Fiestas de Santa Orosia,
Gregorio Mazuque se presentaba con un par de operarios,
provistos de cubos y escaleras,
de brochas y bolsas de pintura.
Se cubrían los muebles con telas y sábanas viejas.
Y comenzaban unos días,
impregnados de un leve y ácido olor a pintura.
Al final, todo volvía a la normalidad.
A tiempo para las Fiestas!
Jesús Mazuque,
cuando faltó su padre,
continuó al frente de la familiar empresa.
Allí solía proveerme de colores,
pinceles y telas.
De disolventes y barnices.
Así, durante algunos años.
La casa de la familia Mazuque,
sigue en pie todavía.
Ya no está en las afueras.
Nuevas construcciones la rodean,
pero allí permanece,
testimonio de una época que se fue,
por el, en muchas ocasiones,
inevitable y triste
camino del olvido.
(Archivo: cuevadelcoco).