miércoles, 5 de marzo de 2014

Jaca nevada... Años treinta... Plaza de la Ciudadela...



El Servicio Militar 
en Jaca,
tenía que ser muy duro...

Contando con los fríos,
las tremendas nevadas,
y las condiciones espartanas
de los acuartelamientos...,
las tropas aquí destinadas
no debían de llevarse
muy buen recuerdo...

D. Francisco de las Heras,
quiso dejar constancia
de estos soldados,
formados en la plaza
de la Ciudadela...







(Archivo: cuevadelcoco).



Jaca nevada... Años treinta... Exterior de la Ciudadela...



Una tarde de febrero,
tras una buena batalla
a base de bolas de nieve,
llegamos a casa hechos una sopa...

Y con las manos enrojecidas,
que preludiaban sabañones 
y su molesta picazón...

El resultado..., 
unas anginas descomunales,
y el "Farmapén"
recetado por D. Eduardo del Pueyo...

Pero, al cabo de una semana,
estábamos otra vez en las mismas...,
si aún quedaba nieve...

¡Ay, la Ciudadela...!

Entonces, 
se entraba y se salía
como si tal cosa...

Y, nosotros,
colegiales aventureros e incorregibles,
¡bien que lo aprovechábamos...!






(Archivo: cuevadelcoco).



Jaca nevada... Años treinta... Plaza de San Pedro...



¡Grandiosa nevada...!

Los de mi barrio, 
no solíamos frecuentarla...

Cerca, a mano derecha,
estaba el bar "Jardín",
y sus riquísimos calamares...

Cuando, de niños,
nos llevaban a saborear
ese delicia gastronómica,
allá por las postrimerías de agosto,
comenzábamos a pensar
que el nuevo curso estaba cerca...

Y eso...,
no nos quitaba el apetito,
pero sí nos dejaba
un cierto regusto a despedida...

La despedida del verano...

Luego,
llegarían las nieves...

El eterno ciclo...







(Archivo: cuevadelcoco).

Jaca nevada... Años treinta... Calle del Obispo...



La Calle del Obispo...

Poco ha cambiado esta calle...

Al fondo, la Catedral,
nuestra Catedral...

Y la nieve...

Esas nevadas,
que caían muy pronto
y se iban muy tarde...








(Archivo: cuevadelcoco).